Jorge Guillermo Artieda Acosta
Jorge Guillermo Artieda Acosta, nació en Quito el 18 de mayo de 1946 . Estudió en la escuela de Bellas Artes de la Universidad Central del Ecuador en Quito. Luego estudió en la Escuela Superior de Arte, en la Escuela Superior de Diseño, y en la Universidad de Hamburgo y fué becado por el gobierno alemán. Participó en seminarios internacionales en los Estados Unidos, en Alemania, y es cofundador del taller de grabado Grabas en Quito. Fué profesor de grabado, litografía y pintura de la facultad de artes de la Universidad Central del Ecuador en Quito.
Participó en exposiciones de varios países europeos y americanos, sobre todo en Alemania, Austria, Bélgica, España, México, Chile, Colombia, Puerto Rico, Uruguay, Argentina, Cuba, Brasil, Canadá, Francia y naturalmente en el país natal Ecuador.
El arte ecuatoriano, especialmente contemporáneo, no encuentra con frecuencia camino hacia las salas de exposición de la Republica checas.- aún así, podemos hablar de su ocasional presencia. Hace más de un cuarto de siglo (en 1973) se presentó en Praga en una exposición individual, el mundialmente conocido pintor Oswaldo Guayasamin. En el año de 1981 siguió una exposición del arte popular ecuatoriano en el Museo Náprstek de Praga. Apenas dos años más tardes (1983) aparecieron en el Museo Nacional de Praga Los Tesoros del Ecuador.
Ahora después de 10 años y con la entrada en el nuevo siglo Praga vuelve a tener la posibilidad de un contacto con la cultura plástica ecuatoriana esta vez en la obra de Jorge Guillermo Artieda.- Artieda vive desde hace tiempo en Alemania pero mantiene firmes contactos y continuidad con la cultura ecuatoriana.- Especialmente con su paleta de colores.
La crítica captó la sorprendente perfección de Artieda y su conocimiento de los secretos de las técnicas del grabado, así como de la libertad absoluta de la cual disfruta en el proceso de la creación de sus cuadros, en los que pone preguntas y angustias del hombre contemporáneo.- Interpreta en sus “muros“ como reflejo del anhelo del hombre, que en ellos busca una expresión, en un ansia extraviada de comunicarse. Artieda trabaja a pulso vivo, aprovechando los componentes plásticos e intelectuales analíticos de su pensamiento, haciendo valer los viejos elementos simbólicos de manera nueva, en un trato a veces explosivo, a veces meditativo.
Sus cuadros tanto grandes como pequeños se caracterizan sobre todo por una composición predominantemente abstracta.